jueves, julio 03, 2008

El peligro de preguntar la hora

¿No os ha pasado nunca que habéis hecho una pregunta inocente de respuesta sencilla e inmediata y os habéis encontrado con una respuesta complicada y larguísima ante la cual hubierais querido cortaros las venas? Un ejemplo:

- ¿qué hora tienes?
- Pues no te puedo decir porque esta mañana se me paró el reloj y lo he tenido que llevar a arreglar a la relojería de enfrente del trabajo. Me han dicho que tardarían poco pero ya he ido dos veces y aún no lo tienen arreglado. Además me comentaban que la avería tenía mala pinta y que posiblemente tuvieran que mandar el reloj a fábrica. Me han preguntado por la garantía y yo les he dicho que sólo hace un año que me lo regalaron, así que debo tenerla en algún cajón de mi habitación con otras garantías y facturas. La verdad que le tengo mucho cariño a ese reloj porque fue el regalo que me hizo mi novia a la vuelta de Zaragoza cuando terminé la mili. Fueron 9 meses lejos de ella que se me hicieron como nueve años. Cuando me regaló el reloj me dijo que así podría ser consciente de ahora en adelante del tiempo que pasaríamos juntos que si todo iba bien, sería muchos años. Recuerdo que pensé en el refrán ese que dice "Es fácil morir por una mujer; lo que es difícil es vivir con ella" pero me lo guardé para mi para no estropear el momento. El reloj es cojonudo la verdad; lo tienes que ver; tiene una docena de funcionalidades, es sumergible hasta los 100 metros y tiene luz para la oscuridad. Además se puede configurar para que te de la hora en varios países del mundo y, lo mejor de todo, no pesa a penas nada. ....

Y esta cantinela puede seguir minutos y minutos sin que el interlocutor cruce una mirada contigo y se de cuenta de que te importa una mierda lo que te cuenta. No se parará jamás a pensar si estás siguiendo la historia, si te interesa o no, si tienes prisa, ...
Tú mientras tanto no cabes en tu asombro, te preguntas cómo es posible que una pregunta tan innocua haya desencadenado tal marea de palabras; hay que tener paciencia; ya acaba; ¡no! no acaba todavía; se me está haciendo tarde; tengo una reunión a las 14:00 y no voy a llegar;que tío más pesado; ¿pero no se dará cuenta?; voy a tenerle que cortar a lo bruto; venga, ya vale, ya no aguanto más.
- Oye, perdona pero se me hace tarde. Nos vemos.
Y el encuestado se queda con mirada de sorprendido pensando que eres un tipo raro que siempre vas con prisas y que eres un poco antipático. ¿?

Pues de estos casos, un montón. Y yo me pregunto ¿a qué se debe este hecho tan extendido entre los españoles?
Si hay respuestas, hoy, que sean cortas, por favor!!! :-D

3 comentarios:

  1. “Esta sociedad solo te pide, que sepas guardar las apariencias. Si alguien te tira una foto, tu sonríes”. Dexter, anoche.

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  2. Me has recordado la primera conversación que Bilbo tiene con Gandalf, en la puerta de Bolsón Cerrado, en la colina, allá en Hobbiton, cuaderna del oeste de La Comarca.

    (Gandalf que aparece delante de Bilbo).
    Bilbo: Buenos días.
    Gandalf: ¿Qué quieres decir con «buenos días»? ¿Que hace un buen día, que estás teniendo un buen día o que me deseas buenos días?

    Pues igualito oye. Y la cita (así como la ristra de nombrecillos de lugares) pueden tener errores porque hace miles de años que no me leo ese libro :)

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  3. Mi consejo es que cortes por lo sano interrumpiéndole en un momento cualquiera y añadiendo: ..."ya, pero eso es como todo..."

    A mí siempre me ha funcionado, y además por dentrote descojonas, claro qu4e el interlocutor se queda con la misma mirada y la misma sensación que describes.

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